martes, febrero 28, 2006

LA VIEJA ESTACION


Esther, nuestra amiga valenciana de Valladolid nos habló una vez de una estación. A veces repite eso de no regresar a los lugares donde uno fue feliz, no se si estoy muy de acuerdo. Gracias también Esther.

Alguien me animaba a que me decidiera a volver a visitarla, pero ya he ido y no estaba. Ocurre cuando el tiempo es mucho. La casa en que viví es ahora una foto en el álbum familiar. El parque cambió de cara, los bancos se tiñeron de otro color, el árbol no soporta más el peso de las nuevas ramas y llora. Los niños se hicieron mayores. Y los mayores se hicieron humo. El reloj de la estación se actualizó y perdió sus agujas. Al tren apenas te da tiempo a despedirlo, el vagón de mis juegos se convirtió en chatarra. Sí. Fui y no estaba. Quizá porque el tiempo que pasa desdibuja. Debe ser porque la que volvió no es la misma que se fue. Queda el recuerdo, que no me frena, pero que de vez en cuando toca el timbre y le abro.

domingo, febrero 26, 2006

ABURRIMIENTO



Se ha de llenar la bañera pero no estaba puesto el termo, se ha de calentar el agua del café en el microondas pero los cristales de las gafas de ver vuelven a estar sucios, y no tengo fuego con que encender el cigarro, y llaman por un teléfono, pero mientras en el Messenger me intentan decir algo pero como no contesto se va, y a todo esto que la página del periódico no se abre y la cámara no tiene pilas, se me está olvidando programar el video para el culebrón de la tarde y no me he tomado la píldora de las mañanas y me van a cerrar el estanco y aquel al que tenía que haber llamado hace catorce minutos ya se habrá ido y pasan seis minutos de en punto con lo que me he perdido el boletín de las siete y no me voy a enterar de cómo está lo de Salamanca y los platos sin fregar y los pastelitos de chocolate en las bolsas, pero el Hotmail me devuelve el correo que me había costado tanto redactar y recuerdo que no he llamado para lo del móvil que me tenían que cambiar de compañía y ya pasan no se cuantos días sin que digan ni mú y encima para postres ahora llama la del piso que mañana vendrá el périto del seguro por el último apagón y de lo del banco ya no hablo, pero sigo con las gafas sucias, sin bañar, sin café y aburrido de no hacer nada porque cuelgo el teléfono de la compañía naviera después de oir durante una hora una cinta que me dice que hoy llamamos más de los habituales y que están colapsados.
Ahora me voy a por tabaco, por el camino pensaré en todo lo que estoy dejando pendiente de hacer.
¡Que asco estar tan ocioso¡

Carta a un director




Pues sí señor, como diría mi madre que aprendió de la vida a través de los dichos: “No es oro todo lo que reluce” “No te fíes de los peces de colores”
A estas alturas, después de tantos enfrentamientos generacionales con ella va a resultar que tengo que darle la razón.
Pues sí, verá usted, por motivos personales y esas sorpresas que da la vida, hace nueve meses que me trasladé a Catalunya. Dejé mi casa y mi trabajo con ilusión renovada.
Una ya no es una niña ¿sabe? Y el idioma era un inconveniente para trabajar en lo mío así que dada la “buena fama” y renombre de Carrefour acepté un contrato de seis meses. Todo fueron buenas palabras: jornada continua, de mañana y tarde alternando cada semana, con muchas posibilidades de mejorar y, salvo casos muy puntuales (mal comportamiento, no apto para el trabajo…) otro contrato de seis meses, luego de un año…y ¡oh! el soñado e idolatrado indefinido.
Y ahí estaba yo, nerviosa ante tanto cambio, con un uniforme en el que no me sentía cómoda, pero con un sueldo (ejem…) y números, que es lo mío. Todo correcto hasta que llegó el mes de Noviembre y no digamos Diciembre…
Había días que no sabía, al llegar a casa, si aún tenía que seguir pasando por el scanner la tortilla y la ensalada o si era una oferta gratuita del Club Carrefour. O sea, que no vivía más que para el trabajo. Fueron veintiún días sin descanso, sin poder celebrar mi Aniversario, sin ver más que las caras de compañeros y clientes… todo difuminado entre sonidos ya imperceptibles y el cansancio de unos ojos saturados.
Recuerdo un día en el que “la gran jefa” nos reunió para advertirnos de que debíamos dar “el do de pecho”, que no olvidáramos la sonrisa, los buenos modales y, sobre todo, el continuo y mortificante: “¿Tiene tarjeta del Club Carrefour?” Recuerdo que pensé que se me iba a estampar la sonrisa y no podría borrarla nunca, que ya se formaban arruguitas en la comisura de los labios de tanto forzarla. “Pero es el trabajo, como cliente preferiría una sonrisa a una cara adusta y sin expresión…¡Aguanta!”
Y me tragué mi dolor de espalda, mi muñeca que gritaba bajo el puente carpiano, me tragué el tener que quedarme más tiempo del debido, me aguanté que en caja central dejaran salir a una compañera antes mientras a mí me hacían salir una hora más tarde por eso de que era más lenta y luego tendrían que quedarse por ella… Soporté que la “encargada” me abriera caja siendo mi hora de cierre porque comprendí que había mucha gente…
Pero todo tiene un límite, y mi cuerpo no lo aguantó (o quizá fue mi mente) Hablé con ella y todo fueron buenas palabras: “Entiéndelo, pero no creas, todo esto lo tenemos muy en cuenta y ella no tendrá la misma gratificación que tú”Ahora me doy en los dientes con un canto. ¡Que fácil me convenció! Más aún cuando (eso pensé yo) teniendo en cuenta mis “posibilidades” me ofreció un puesto en Financiera siempre, claro está, alternando con la Caja: “Sois pocas ahora, con las vacaciones (que yo aún no había tenido) y no se pueden abandonar los clientes”
Perfecto, eso quería decir que me tenían en cuenta para los siguientes seis meses.
Pero había una novedad: habían traído ocho Colombianos, muy jóvenes ellos, muy educados, con la sonrisa perfecta y un trabajo seguro. Muy buen marketing…
Y no puedo dejar de mirarme al espejo por si me ha salido un estigma de xenófoba… y me doy golpes en el pecho: "mea culpa, mea culpa", porque no puedo dejar de pensar cuando terminará todo esto, cuando el beneficio de unos (pobrecitos) surgirá del pan de otros. Porque veo a compañeras que no saben cómo pagarán sus deudas, porque me siento humillada y engañada…
Sí señor, no me renuevan el contrato. A ratos me miro el cuerpo en busca de algo que siento se ha grabado en mi piel a fuego: “Eres no apta”
Ayer vi a una clienta por la calle, se extrañó mucho de no verme por el super, y más porque era “su preferida” y ya no me iba a ver.
Pero de nada me sirve que me lo diga (aunque se lo agradezca) porque esta sensación de fracaso no desaparecerá.
Y dentro de unos meses, cuando el trabajo sea insostenible, volverán a contratar a otras ingenuas que pensarán que Carrefour mira mucho por sus trabajadores (¿?)
Algunas, como yo, se irán con una carta bajo el brazo y la sensación de que de nada sirvió su esfuerzo, y una gran duda ¿Qué hicieron las otras para poder quedarse?
Carrefour busca que sus trabajadores lo hagan en equipo, que se sientan contentos… y yo sólo he visto llantos.
Ya ve señor… los Colombianos tienen el derecho a un pan que otros hemos trabajado… pero claro, no somos lo suficientemente buenos, ellos sí. A ellos se les puso un hotel y se les buscó piso, "chóferes" (entre los trabajadores que aceptaban esperando quedar bien con la jefa)… los demás estamos de suerte si podemos pagar una casa e ir andando si no coinciden turnos.
Eso es Carrefour… o esos son los que mandan donde yo he trabajado.
Me dejo mucho, pero ya está bien… Después de haber escrito todo esto me queda la sensación de haberlo hecho al espacio, como un grito pidiendo justicia, porque los sentimientos están infravalorados… y el frío en casa ajena no le importa a nadie, mientras en la suya tenga calor.
Mi último recuerdo es para alguien que, como yo, fue relegada: “Aquí no se acaba el mundo, no podrán conmigo… ya habrá otro trabajo”
¿Lo habrá?

sábado, febrero 25, 2006

CARREFOUR ! Cuanto cabrón ¡



La imagen que pretende vender el Carrefour es lo mismo que lo de los peces de colores. Quieren deslumbrarnos conjugando ofertas, higiene, caras de felicidad, bellos uniformes corporativos y hasta bondad con los trabajadores que quieren presentarnos más como risueños colaboradores de la marca que como asalariados.

Cuando contrata Carrefour vende al candidato una política de promoción interna, una sensibilidad especial con las mujeres que emplea, unos horarios compatibles con una vida privada normal y un buen ambiente. Luego todo es una mentira.

Carrefour
evita que los contratos temporales se puedan prolongar hasta convertirse en fijos hasta obsesionarse. Practica el ciclo de formación constante que tiene como final el despido. Te forman, tú luego formas a otro y así sucesivamente, todo ello sin variación salarial y el último paso será siempre el despido. Les dará igual que hayas sido un modelo de dedicación, que hayas puesto todo tu empeño o que tus resultados hayan sido los mejores. Un empleado es un ciclo con principio y con final anunciado para evitar que un trabajador tenga jamás ningún tipo de derecho laboral.

Si trabajas en Carrefour vas a tener siempre una espada de Damocles en forma de contrato temporal. No vas a poder ponerte enfermo. Pobre de ti que necesites de una intervención quirúrgica que te aparte unas semanas del trabajo o de un caso similar. No tienes derecho, eres precario y estás sobre aviso permanente. Tener una gripe no es estar enfermo, la fiebre no es temperatura, es culpa y es un agravio que estarás cometiendo por estar de baja y asumirás que eres un candidato al desempleo.


En mi opinión la legislación es un fraude, se aplica de manera fraudulenta u ocurren ambas cosas. ¿Cómo puede una empresa mantener a la mayor parte de su plantilla acogida a contratos temporales cuya justificación es el tener una punta de trabajo fuera de lo normal?


Unos tienen contrato de unos meses por el lanzamiento de una nueva tarjeta de pago, otros por que es Navidad, otros porque es Pascua, otros por las vacaciones de verano. ¿Quién forma parte del cuerpo normal de esos centros comerciales? Nadie, o los pocos que han heredado de cuando la cadena compró en origen cada unode ellos y de los que no saben como deshacerse.

Mientras tanto Carrefour nos sigue demostrando que puede hacer lo que quiera con quien emplea. Puede hacer que la gente acabe su jornada diaria cerca de las once de la noche, que cumplan con diez o más horas seguidas en sábados o víspera. Les puede dar sus días de vacaciones cuando más les place sin ni siquiera avisar o consultar. Pueden abrir cuatro festivos seguidos incluyendo domingos y dejar a la gente sin un solo día de descanso durante casi un mes y aún para putear un poco más irlo conjugando con inventarios nocturnos.Si son tan sumamente cabrones, por lo menos que se sepa y que no nos cuenten más cuentos de hadas, que ya somos mayores y todo lo que se hablaba en la Carta al director sobre ese caso en su centro en Olérdola, en la provincia de Barcelona es solo un ejemplo.


Doña Almudena, madrileña y preboste del centro, !allez a la mèrde...¡

UNA MAÑANA


.Esegé,
desde
la Patagonia,
nos deja
este regalo.
Gracias Silvia.


Es un triangulito rodeado de casas, un triangulito con arena dorada y árboles y mucho césped. Una placita con forma de triangulito. Tiene hamacas y sube y bajas, ahhh y también un pasamanos (así le llaman los chicos a esa estructura con barras de donde se cuelgan).

Ahí llegamos esta mañana Renata y yo.

Sólo estaban un par de palomas enredadas en no sé que baile y el sol, un sol amable, cariñosamente tibio.

Fuimos las dos hasta las hamacas y dale que dale. Dos ojitos azules deslumbrados,tan azules como ese cielo que parecía pintado con crayones, tan azul que su transparencia lo tornaba aprehensible.

A poco...cruza otra niñita

- Hamácame

Vaya! otras piernecitas apuntando al cielo, otra carita sonriente y la facilidad de los niños para relacionarse

-¿Cómo se llama?

-Renata

-Y vos?

-Soy la Abu. Lo dije conciente de mi importancia de abuela hamacadora en una bellísima mañana de verano.

A lo lejos los álamos y los pinos apenas se mecían con una suerte de benevolencia.

En los jardines de las sencillas y cómodas viviendas que daban a la plaza, los abuelos charlaban bajo un techo de parras. Pasaba un joven saludando:

- Buen día don Juan Parra

Y el abuelo aludido levantaba la vista del mate y agitaba la mano.

Hoy, esta mañana, gocé de la utopía de un mundo bueno. Hoy pedí prestados ojos de niños y pude ver todo como antes, vi los juegos rojos, verdes y amarillos...

Con Renata encontramos un gatito y lo devolvimos a una señora que nos sonrió
Mi niña hizo su primer pirueta en esas barras, mirándome triunfal. Obviamente la abu aplaudía, mientras otra chiquita me gritaba: Mirame, mirame! y por supuesto también fue aplaudida.

Volvimos felices por las veredas sombreadas y llenas de flores, con las mejillas encendidas y la risa fácil.

Hoy, esta mañana me fue concedida la gracia de pensar que todo puede ser bueno y mejor.
esegé

viernes, febrero 24, 2006

LA CONQUISTA DE AMERICA


Mantis Religiosa (Caélia), visceral, directa y casi racial, nos da su punto de vista sobre la Conquista de America y sus consecuencias.

Para mí la mal llamada conquista de América no fue conquista, para mí fue asesinato, esclavitud, aniquilación de voluntades, violaciones, latrocinios, explotación de unas riquezas que no les pertenecían, dominación y barbarie, de una gente que más que gente deberían llamarles alimañas, iglesia y estado, o reino en aquel tiempo. Ya sabemos que aparte de curas y monjes, la mayoría de la gente que iba eran asesinos, presidiarios, incluso borrachos que en sus borracheras aparecían en los barcos sin saber, como habían llegado allí.Pero si bien creo, y veo así esa parte de la historia, también te diré que hay una deuda contraída con esos países, no por aquellos hechos, si no, por la ayuda que posteriormente dieron a las gentes que huyendo del hambre de algunos países europeos encontraron allí.

Pero si España aniquiló culturas, y expolio pueblos, también sé que en mí familia no disfrutó de bien alguno logrado de manera mezquina, más bien creo que los que aniquilaron a los indígenas, hasta casi extinguirlos, son los antepasados de quienes se quedaron allá, me refiero a todos los antepasados de argentinos, uruguayos paraguayos y demás países que forman Sudamérica, y me refiero solamente a Sudamérica por que esa palabra que usted escribe siempre se la oigo a argentinos.

Así que deberían pedir ese patrimonio a todos aquellos descendientes de virreyes, duques, o demás razas, cortesanas, que gozaron durante años junto con sus descendientes de los esclavos llevados por España y esclavizados allá.


Seguro que si busca en sus antepasados tiene algún apellido español, pero asturiano si lo hay, seguro que es desde los años treinta en adelante, sobre todo el que llego huyendo de una dictadura, de una guerra o del hambre.


Bueno creo que el que descubrió Florida era asturiano, pero no se mucho de él.


Quizás con estas cosas que escribo la moleste, pero siempre me enoja decir que les devuelvan lo que se trajeron, yo también quisiera que me devolvieran lo que me quitaron en los siguientes años de matar a mi padre y que no puedo disfrutar, incluido mi apellido, mis tierras, y bienes materiales que incautaron por ser rojos. Pero la historia va hacia delante y mejor no mirar hacia atrás, a no ser, para ver que los errores que se cometen, no deberían volver a cometerse por el daño moral y económico que supone para un país. Ya que si cruel es una guerra, aún lo es más cuando se tratan de las guerras civiles, hermanos contra hermanos. Y para que vea que es cierto, que somos alimañas, que esas guerras, son las más sangrientas y las que con más odio se lucha.

Así que lo que había que pedir más es buena voluntad, menos fobias, y caminar todos juntos mirando el futuro unidos en el deseo de forjar un mundo más caritativo y limpio de odios y resquemores, para nuestros descendientes.

Que el pretexto de que si debemos o nos deben, no nos haga caer en la trampa de xenófobos, camuflados de liberales y progresistas libres de todo prejuicio, que a la hora de la verdad, se lava las manos como Pilatos diciendo Ece Omo. Claro que ahora dicen, ese negro… Ese moro… Ese sudaca…Y después sueltan, no les llamo así por racista, es la costumbre, como todo el mundo les dice así… ¡No hombre no! ¡No me jodas! ¡Tú eres más racista que el Ku Kus Klan, pero aún no te has enterado de lo que significa la palabra racista o xenófobo, y si no, espera a que tu hijo o hija se hagan novio o novia de uno de ellos veras como enseguida sabrás que si, que lo eres en grado sumo.