sábado, septiembre 30, 2006

Chelsea Hotel

"El Chelsea no era parte de América, no tenía aspiradoras, ni reglas, ni gusto, ni vergüenza. Era una fiesta de nunca acabar".
Arthur Miller


Si alguno de los que leeis este blog, tiene pensado viajar a la ciudad de los rascacielos en los próximos meses, le recomiendo que además de lo habitual, le dedique una media mañana o una parte de un atardecer a visitar un pequeño hotel con mucha historia: El Chelsea Hotel. www.hotelchelsea.com.
Y digo visitarlo porque no recomiendo a nadie que cometa el mismo error que yo y se aloje en él, porque eso ya sería otro cantar (en otra ocasión lo explico).
Pero siempre que estoy en New York y tengo tiempo, voy al Chelsea, me quedo un rato corto en el vestíbulo. El señor de la recepción suele mirarme y hacerme un gesto de aprobación cuando le enseño una cámara, dándome así vía libre para tomar alguna foto de algún cuadro nuevo, o simplemente la misma saco siempre. En esa ciudad que te permitan hacer algo gratis siempre te parece excepcional.
Seguramente para mi el mito del Hotel lo es por la canción de Leonard Cohen, en la que explica como se encontraron él y Janis Joplin en uno de los ascensores del Chelsea y a partir de la casualidad, pasaron a conocerse mejor compartiendo habitación esa noche. "Chelsea Hotel nº 2" tiene un texto muy duro, en las formas y en el contenido:
...I remember you well in the Chelsea Hotel
you were famous, your heart was a legend.
You told me again you preferred handsome men
but for me you would make an exception.
And clenching your fist for the ones like us
who are oppressed by the figures of beauty,
you fixed yourself, you said, "Well never mind,
we are ugly but we have the music."

And then you got away, didn't you babe...
I don't mean to suggest that I loved you the best,
I can't keep track of each fallen robin.
I remember you well in the Chelsea Hotel,
that's all, I don't even think of you that often...
Definir en pocas líneas el hastío que pueden llegar a representar la fama, el dinero, la fama y todos los halos de la lujuria, está al alcance de muy pocos.
Y hace mil años como dice Leonard Cohen, dos de ellos compartieron la noche en una habitación del Chelsea con las limousinas esperando en la calle.
Sobre la historia del Hotel Chelsea: www.elportenio.com/elportenio/rey.htm

lunes, septiembre 25, 2006

La cuestión es no ponerse nerviosa...eso nunca.




Le encantaba salir de casa las tardes de lluvia y pasear por su pequeña ciudad.

Llevaba viviendo en aquel lugar desde hacía ya dos años y le gustaban su sencillez, sus casas bajas y su tranquilidad. La geografía de la villa era muy sencilla, una calle larga, que cambiaba una vez de nombre llamándose Avenida del Norte y Avenida del Sur, la cruzaba de principio a final, y paralela a ella pero a veinte metros de profundidad estaba la vía del tren, a tramos soterrada, a tramos a la luz del sol.

Ella vivía justo al lado del principio de la Avenida del Norte y esa tarde quiso acercarse en una deambular perezoso hasta la oficina de correos que estaba en la Avenida del Sur, para comprar unas cajitas de cartón decoradas que solamente podía encontrar allí, y que quería emplear para empaquetar unos regalos que tenía aplazados siempre de enviar a unos amigos repartidos por lugares alejados.

En la oficina postal compró cinco cajas diferentes. Le parecieron caras. –“En algunos casos, entre la caja y el franqueo sumarán un valor en dinero mayor que el propio contenido…” pensó mientras abría el paraguas en la calle y dándose cuenta de que llegaba el otoño y que iba anocheciendo cada día más pronto. Estuvo mirando algunos comercios que no conocía y que estaban, en algunos casos, justo al lado de otros que le resultaban muy familiares y en los que estaba completamente segura que se había comprado cosas.

-Esta zapatería no la he visto en mi vida, y mira que llega a ser grande. No me compro ningún zapato porque en esa época del año todo va a dejar de valerme en veinte días o igual no me vale hasta dentro de tres meses, así que cuando cambie el tiempo en serio ya volveré.

Volviendo para casa encontró también un supermercado que creía conocer pero de otro pueblo, un parquecillo que le sonaba enormemente de los veraneos de su niñez, una heladería rarísima dónde oyendo a lo lejos le parecía que todos se hablaban en voz alta y en italiano y una especie de árbol que concluyó no haber visto nunca antes en toda su vida.

De repente notó que los pies le dolían y mirando el reloj se dió cuenta que llevaba caminando el doble del tiempo del necesario para haber llegado ya a su casa y que, sin embargo, estaba en un jardín sentada al lado de unos niños que jugaban con canicas, pero sin la remota noción de cómo regresar.

-El pueblo es pequeño, caminaré cinco minutos más y llegaré a algún lugar que me sea familiar y en un momento me plantaré en casa. La cuestión es no ponerse nerviosa.

Cuando vió que se había pasado otra media hora más caminando y estaba a punto de ponerse a llorar como una niña vió la sucursal del banco donde iba a poner y sacar dinero. De ahí a casa se sabía el camino.

Llegó cansada y mojada y, naturalmente, alguna explicación tuvo que dar a Job, que había empezado a preocuparse por ella. El como siempre –ella ya lo sabía- le iba a soltar la cariñosa pero insistente filpíca sobre la avenida del norte, la del sur, la de la línea recta. Lo propio de esos casos.

-¡Como si al ir caminando por la calle tuvieras que ir obsesionada como un guardia urbano por las señalizaciones, en lugar de ir tranquilamente pensando en tus cosas!
Se metió en el baño para entrar en calor con una ducha caliente y al salir se sintió, por fin relajada.

-¡ Cuánto stress que lleva la gente ¡. ¡ Al final te lo contagia ¡

Encendió un cigarrillo de los suyos y, viendo la hora, recordó que tenía que llamar a su hermana. Desde que estaban lejos no podían dejar de hablar con ella, al menos, una vez al día, ya que siempre habían estado muy unidas.
Descolgó el aurícular pero oyó que estaba ocupada la línea. Iba a colgar para dejar a Job que acabará de hablar, pero la voz que le llegaba le resultaba familiar, y la curiosidad la llevó a continuar escuchando:

-…”es preocupante pero nada definitivo -mire usted- si de momento toda esa confusión le esta sucediendo solamente con los lugares o con los objetos, la fase de la patología aún no es irreversible…el problema real lo vamos a empezar a tener cuando todo eso suceda con las personas, y me temo que si no la convence usted de que fumarse quince porros al día, por mucho que la relaje y que haya leido por ahí que es inofensivo para su salud, francamente –amigo mío- estamos en un problema, y ahí los médicos poco podemos hacer sinó aconsejar…”.

Asustada por lo que estaba oyendo, colgó el auricular y apagó nerviosamente el cigarrillo aplastándolo de una forma nada propia de sus suaves maneras cotidianas….

-Será cuestión de pasarse a las infusiones –pensó fugazmente y luego empezó a especular acerca de qué habría para cenar porque lo que realmente la preocupaba entonces era que se estaba muriendo de hambre, por culpa del trote brutal que llevaba en el cuerpo. -La cuestión es no ponerse nerviosa, eso nunca...

martes, septiembre 05, 2006

LA CANCION TALISMAN DEL EQUIPO DE BALONCESTO



Esta es la canción de un tal Ricky López que los jugadores de la selección española de basket entonaban en el vestuario y formando un corro, antes y después de cada partido. Dicen que les daba suerte.
El domingo después de la final, vi que lo hacían y no he parado hasta conseguir la letra que, por los fragmentos que oí por la tele, me pareció tremendamente original. Propia de Almodovar, como mínimo.



"El Despechado"....

Mi novia suspiraba por poderse operar
lo que tiran más que dos carretas
estaba acomplejada desde la pubertad
en la pandilla la llamaban la planeta

Y aunque a mí me bastaran así
en aras de verla feliz
para San Valentín, me lucí

Le regalé la operación
medio kilo cada teta
total casi un millón
de las antiguas pesetas

Con la agravante
que le da a mi acción más mérito
como buen currante
tuve que pedir un crédito

Así fué como mi Mari
cambió de sonrrisa y de talla de sostén
pasó de 0 a cien
más deprisa que un Ferrari

También aumentó su vida social
tanto que en un mes y sin motivo de queja
me viene con un "tenemos que hablar"
me sienta en el sofá y me suelta que me deja

Que necesita soledad
pa que su mente se equilibre
que me quiere pero no esta enamorá
que se va que prefiere ser libre

Mentira! que a la semana me entero que está
viviendo ya con un tal Casio
mira que casualidad!
el monitor de su gimnasio

Cornudo y apaleao
me vi sin saber donde poner los brazos
con cara de portero goleao
aún me faltaban por pagar 22 plazos

La llamo y la digo "no hay derecho esto no es justo"
no hay derecho y a los pechos me remito
señorita que yo estoy pagando el busto
que otro disfruta con mucho gusto

Es una mala mujer!
!lo se desde que no está a mi lado
Es una mala mujer!
!y yo un hombre.... despechado!!!