SOUVENIRS

Las tiendas de souvenirs tienen la misma decadencia en todos los lugares del mundo, al menos los que hasta ahora he tenido la suerte de visitar. Da lo mismo que sea en el patio del Louvre, en la cima del Empire State, en la entrada del Vaticano o en la Sagrada Familia. Son practicamente siempre los mismos objetos con diferentes serigrafías. El mismo material de baratillo con el único valor añadido de la proclividad al gasto del viajero. Muchos estudios confirman que durante un viaje se tiende a comprar. ¿Quién no ha comprado algo completamente inutil en un aeropuerto o en una estación? El estar fuera de nuestro entorno nos da una sensación de impunidad en el bolsillo. "Un día es un día", que solemos pensar al comprar algún trasto para la vitrina propia o la de algún compromiso.

El silencio a tiempo es una de los valores a apreciar en un político, que ha de cuidarse mucho en ocasiones de decir exactamente lo que piensa. El conseller Huguet ha transgredido esa norma y ha opinado que las tiendas de souvenirs de las barcelonesas Ramblas son horrorosas con sus toros de plástico con banderillas de alambre, sus trajes de flamencos, sus toreros y sus gorros mexicanos y ha propuesto convocar un concurso de ideas para mejorar el tema. La "imparcial" cadena COPE ha convertido tal inquietud en:

"Continúa la campaña del tripartito catalán por eliminar todo lo que huela a España de las calles de Cataluña

...o que se quiere eliminar de los comercios son aquellos artículos que no son estrictamente catalanes, como las muñecas vestidas de flamenca o los toros, para poder así "impulsar la artesanía catalana".

...que quiere erradicar los símbolos y objetos que relacionen Cataluña con España de las tiendas de las Ramblas de Barcelona y alrededores de la Sagrada Familia."

Y, como siempre, se han quedado tan anchos.

Ya no les va ni les viene de una mentira más o menos y eso de que la idea de eliminar los souvenirs como costumbre consumible, no solo en Barcelona, sinó en general en el planeta, no sería tan mala idea.