WITHOUT SMOKING
He decidido dejar hoy mismo los cigarrillos y la verdad es que me he dado cuenta de que no es para tanto.
Te puedes entretener, por ejemplo, dando vueltas en círculo por la habitación, rascandote compulsivamente (el parche de nicotina pica), mirando a un punto fijo e inexistente con los ojos abiertos como platos, o simplemente observando lo despacio que transcurre cada uno de los minutos de una hora.
Mi jefe, además, me ha dado permiso para gritarle a él mismo o a mi otro compañero de trabajo si mi excitación nerviosa desmesurada así lo demandara. Me parece una buena licencia, pero es que a mi no me gusta nada gritar. En cualquier caso no está mal que la sociedad, en cualquiera de sus formas jerárquicas, te ofreciera pequeñas recompensas de ese tipo a cambio de abandonar tan horrible vicio. En mi caso yo pediría poder verle el culo a la mujer del poli municipal del pueblo (del calvo con pinta de asesino compulsivo).
Aquello que cantó Brassens sobre el ombligo de otra...
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