Japoneses, créditos y suicidios

Ayer leí en la prensa algo escalofriante. Resulta que en el Japón, tal y como está ocurriendo aquí, están proliferando las empresas (tipo COFIDIS) que ofrecen créditos rápidos, que como todos conocemos tienen un interés propio de la usura más pura y dura. Estas firmas justifican los réditos tan altos argumentando que, al ser su producto de fácil concesión, su índice de morosidad es muy elevado. En el país asiático ocurre lo mismo, con el agravante de que los prestamistas son un grupo de presión social muy implantado en el punto en que financian las campañas de la mayoría de los partidos politicos. Pues bien, ahora se ha descubierto el pastel: Sin saberlo el adjudicatario del crédito y de forma automática le suscribían un seguro de vida como garantía añadida de devolución.

¿Qué ha venido sucediendo? Que en el Japón el sentido del honor es tan alto, que para un ciudadano el hecho de no satisfacer una deuda y de hacer partícipe de ello a su familia es una carga de conciencia gravísima, por lo que muchos, antes de no poder devolver el dinero, y siguiendo en muchos casos el consejo de la compañía financiera, han optado por el suicidio como solución.

Se contabilizan, con toda certeza, al menos 5000 casos de suicidio en ese contexto.

Para lavarse la mala imagen las compañías en cuestión, en sus campañas publicitarias actuales están enfatizando que están retirando los seguros que acompañaban a cada préstamo. El gobierno japonés solo ha reaccionado suspendiendo a una de esa empresas en sus actividades durante 25 días y obligando a que rebajen el tipo máximo de interés, que solía rondar el 30% hasta el 20%, cuando la inflación en aquel país solo alcanza el 1% anual.

Patético, triste y escalofriante.

Fuente: El Periódico de Catalunya 28.10.2006